Rafael González Serrano: El microbiólogo que inspira con su trayectoria
Rafael González Serrano, destacado microbiólogo, ha visitado el IES Azuer para compartir su trayectoria profesional y su fascinante experiencia en el ámbito de la ciencia. Su recorrido académico y laboral es un ejemplo de cómo los intereses y las vocaciones pueden evolucionar a lo largo de la vida.
Comenzó estudiando el bachillerato de Ciencias Sociales y, tras vivir un tiempo en Vitoria, se trasladó a Manzanares para continuar su formación en el Instituto Sotomayor. Posteriormente, decidió estudiar Psicología en la Universidad de Granada. Tras obtener su título, trabajó como psicólogo en diversos lugares, incluyendo Herrera, en Asturias, una residencia de mayores y Valdepeñas.
A los 28 años, Rafael decidió cambiar de rumbo y comenzó a estudiar Biología, completando su último año de carrera en Canadá. Más tarde, realizó un doctorado de cuatro años en la Universidad de Alicante. Actualmente, trabaja en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM Severo Ochoa), donde investiga sobre la gripe aviar, virus asociados a granjas, viruela y otros virus ambientales.
Además de su labor en microbiología, Rafael ha mostrado un profundo interés por la astrobiología. Relató cómo le sorprendió descubrir que los elementos químicos de la Tierra provienen del polvo de estrellas y de la fusión nuclear en su interior. Esta fascinación lo llevó a estudiar extremófilos, microorganismos que sobreviven en condiciones extremas, como glaciares, aguas con un pH de 2 o 3, fumarolas hidrotermales, salinas e incluso sistemas de refrigeración de reactores nucleares. Estos microorganismos podrían sugerir la posibilidad de vida en ambientes extremos, como el océano bajo la superficie de la luna Europa, de Júpiter, o en Encélado, de Saturno.
Rafael también explicó que el 21 % del oxígeno en la atmósfera actual se debe a las cianobacterias, microorganismos que comenzaron a liberar oxígeno hace miles de millones de años, aunque el mantenimiento actual depende de las plantas. Durante su charla, mencionó que la técnica PCR, utilizada para las pruebas del COVID-19, se desarrolló gracias al descubrimiento de una enzima extraída de un extremófilo llamado Thermus aquaticus, que vive a 70 ºC en el Parque Nacional de Yellowstone, Estados Unidos.
Otro de los temas que abordó fue la importancia de la microbiota intestinal, formada principalmente por virus (10 por cada bacteria), que nos permiten vivir de manera saludable. Aclaró que solo el 1 % de los virus son patógenos y destacó que los virus desempeñan roles beneficiosos, como controlar el crecimiento de otros microorganismos, ser utilizados en terapia fágica, parasitar a otros virus, y más. También compartió el dato de que existen 10³¹ virus, un número mayor que las estrellas del universo.
En cuanto a su experiencia investigadora, Rafael ha trabajado en virus marinos del Mediterráneo, como parte de su doctorado, y actualmente estudia virus polares y alpinos en permafrost, capas de suelo permanentemente congeladas. Explicó cómo el deshielo del permafrost libera microorganismos metanógenos que producen metano (CH₄), un gas con mayor impacto climático que el CO₂.
Su investigación lo ha llevado a explorar lugares como el Ártico, un lago helado en la Antártida, las montañas Transantárticas, Ordesa, cuevas y glaciares en los Pirineos, y el Pico Monte Perdido, donde en una ocasión encontraron restos humanos que debieron reportar a las autoridades. Mencionó cómo las expediciones suelen requerir largos trayectos a pie, en coche o incluso en helicóptero, y destacó cómo ha observado de primera mano los efectos del cambio climático, con el deshielo progresivo de las montañas.
En 2025, Rafael se embarcará en una expedición de seis meses a la Antártida en el velero Australis para investigar, entre otros temas, el virus de la influenza junto con veterinarios de otros países. También adelantó que volverá a Nueva Zelanda, a la isla Norte, para continuar trabajando.
Dirigiéndose a los estudiantes de 1.º y 2.º de bachillerato, Rafael destacó la importancia de elegir con libertad una carrera profesional, recordando que si en algún momento deciden cambiar, no deben sentirse mal. "Vamos a trabajar un tercio de nuestra vida y podemos ser útiles en muchos ámbitos", comentó, tomando como ejemplo su transición de Psicología a Biología. Asimismo, subrayó que una buena forma de empezar en el ámbito científico es mediante la Formación Profesional, que permite acceder a puestos como técnico de laboratorio.
Con su experiencia y pasión por la ciencia, Rafael dejó un mensaje inspirador para las nuevas generaciones, mostrando que el aprendizaje y la curiosidad no tienen límites.