Caruca
Monólogo de Caruca
(Caruca se encuentra en la cocina, con un delantal lleno de migas y una espátula en la mano. Se vuelve hacia el público, con una expresión exageradamente seria, aunque su mirada brilla con humor.)
¡Ay, señores y señoras! ¿Quién necesita un reality show cuando tienes a tu madre en la cocina? (gesticula con la espátula como si estuviera señalando a un jurado invisible). Me gustaría ver a esos concursantes hacer lo que yo hago aquí, en esta pequeña obra maestra llamada "Cocina de Caruca".
(Hace una pausa, suspirando profundamente.) Pero, ¿saben qué? La cocina es como la vida, ¡una mezcla de ingredientes que nunca salen como uno espera! Hoy, por ejemplo, decidí hacer un soufflé. ¡Sí, un soufflé! Porque, claro, no hay nada que ilumine el ambiente como un plato que puede convertirse en un desastre en cuestión de segundos. (Se ríe y mueve la cabeza, recordando algo.)
Dije: "Caruca, tú puedes hacerlo. ¡Eres una mujer fuerte y decidida!" (Se pone en posición de fuerza, con el puño en la cadera.) Pero luego, mientras batía los huevos, ¡se me olvidó el azúcar! Y lo que iba a ser un delicioso soufflé se convirtió en un… bien, digamos que ahora tengo un “soufflé a lo Caruca”, que sabe más a "dónde dejé la botella de vino" que a algo que podría venderse en un restaurante.
(Caruca se ríe de sí misma y da un giro dramático, como si fuera una actriz de teatro que acaba de recibir un premio.) ¡Y luego está el momento en que te das cuenta de que la cocina no es solo un lugar para preparar comida! ¡Es un escenario! Me siento como una artista. Cada plato es una obra maestra… o un completo fiasco. (Levanta la espátula al aire con gran énfasis, como si fuera una varita mágica.)
(Su expresión cambia a una mirada de complicidad.) Pero lo que realmente me hace reír es cuando mis amigos vienen a cenar. Ellos no saben que detrás de cada cena hay un ejército de intentos fallidos. ¿A quién le importa si las papas se quemaron o si el postre se desinfló? ¡Lo que importa es la compañía! (Brinda con la espátula, como si tuviera una copa de vino.)
Al final del día, nos sentamos, compartimos risas, y aunque yo esté aquí con mi soufflé "especial", lo que realmente estamos cocinando es la amistad. Y eso, amigos, no se quema. (Se da una palmadita en el pecho, orgullosa y feliz.) Así que la próxima vez que me vean en la cocina, pueden esperar cualquier cosa menos un plato perfecto. Pero prometo que habrá mucho amor… ¡y risas!
(Con un guiño y una sonrisa pícara, Caruca se vuelve para seguir cocinando, dejando caer un par de trozos de masa en el suelo.) ¡Ay, Caruca, ¿qué harías sin ti misma?!
(Finaliza con una risa contagiosa, mientras agita la espátula al aire.)