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El análisis de las relaciones entre estados, pueblos y naciones es importante para comprender la estructura y los cambios del sistema internacional. Tradicionalmente, los Estados son considerados los principales actores del mundo, aunque la teoría actual sugiere que la realidad es más compleja. Considerando la perspectiva formalista, que define al Estado como una ley autónoma, y la perspectiva materialista, que define al Estado como un medio de victoria para el control de la clase dominante, surgen diferentes interpretaciones del papel del Estado. Además, conceptos como persona y país expresan una unidad que quiere ser representativa e independiente, afectan la estructura y funcionamiento del Estado, provocan tensiones internas y en muchos casos dificultan la unión. En este contexto, este artículo explora cómo estos elementos se relacionan entre sí y afectan la estabilidad de las estructuras nacionales, en particular la existencia de una mayor identidad nacional o la demanda de autodeterminación. A través de un análisis crítico basado en las ideas de Calduch , se examinan las limitaciones y desafíos que estas relaciones plantean al actual sistema internacional
EL ESTADO COMO ACTOR INTERNACIONAL
Durante un período prolongado, el gobierno ha sido considerado la entidad principal en el ámbito de los asuntos globales. Pero como los países dependen cada vez más unos de otros y otros grupos importantes se vuelven más influyentes, las complicadas relaciones entre el gobierno, los ciudadanos y su país significan que podemos ver sus roles de nuevas maneras. Oración: Este ensayo analizará las ideas de Calduch en Relaciones Internacionales, centrándose en su significado y conexión en la actualidad. En conjunto, se analizan tanto las perspectivas formales como la influencia de las identidades compartidas en la orquestación de la autoridad estatal. La corriente formalista considera al Estado como un ente jurídico independiente que se rige de manera neutral y autónoma dentro del sistema internacional. De esta forma, el Estado se ve como un ente organizado, estructurado y susceptible de actuar per se. De acuerdo a autores de la talla de Verdross y Jellinek y otros autores referenciados por Calduch, el Estado es el actor predominante en el derecho internacional. A partir de su análisis, el Estado opera bajo un conjunto de normas específicas para este sistema jurídico. Por lo tanto, se puede articular una teoría del derecho que considere al Estado como eje central de derechos y obligaciones dentro del ámbito internacional. Asumiendo el Estado este papel central, se desarrolla un marco de relaciones jurídicas donde este no es mero partícipe, sino más bien un organismo alrededor del cual se organiza el derecho entre Estados. En este marco son definidos los derechos y deberes de las naciones entre sí. Es entonces cuando el Estado cumple un papel fundamental en el desarrollo de un orden legista que regule la conducta de los actores dentro del sistema internacional. Por otro lado, esta perspectiva tiene ciertas limitaciones que son obvias en esta descripción. Como lo menciona Calduch, «visión formalista que tiende a aislar al Estado de la multiforme grandeza de signo social y económico que lo envuelven, dificulta la visión completa de las funciones reales de la institución estatal y de los conflictos internos que ésta plantea». En otras palabras, el enfoque ‘Estado-Nación’ ignora ciertas diferencias sociales y tensiones que se observan en varios estados acerca de este asunto al transitar una relación simplificada y poco realista entre estos dos conceptos. Esta relación simplificada excluye una serie de fenómenos sociales desde la existencia de varias naciones y estados dentro de un país hasta distintos estados con la misma nación en su territorio. La corriente materialista, desarrollada con base en las ideas de Marx y Engels, considera al Estado un instrumento de poder que está en manos de la clase dominante. Por su parte, bajo un sistema capitalista, el Estado no es neutral ni y no representa a la población en general, sino que actúa en favor de la burguesía. Dado que, según Calduch, el Estado refleja las relaciones económicas y sociales de una sociedad, para los autores materialistas, el derecho y las políticas del Estado no son más que mecanismos para asegurar la dominación de la clase dominante y, en consecuencia, la viabilidad del capitalismo. En pocas palabras, el análisis se enfoca en los aspectos sociales y económicos y aborda cómo los conflictos de clase y los desequilibrios sentados en los roles del Estado como organismo público. Desde esta perspectiva, los elementos subyacentes a los conflictos de clase son críticos en el estudio de las relaciones internacionales. Cualquiera dentro de la esfera de influencia de un Estado influye en su posición a favor o en contra. Los conceptos de «formación social» y «sistema de formaciones sociales» son críticos para comprender cómo la estructura y los ideales de una formación internalizan los deseos de su nación; estas formulaciones son esenciales en la teoría materialista. Además, Calduch habla sobre los conceptos de Pueblo y Nación, aspectos que son cruciales sobre las identidades colectivas en relación con el Estado. Pueblo se puede definir como una comunidad de personas con lazos políticos en común que a menudo están ligados a una lucha por su propia autonomía o por ser mutuamente representados en un sistema estatal independiente. Esta definición de identidad colectiva relaciona a las personas en un grupo con una relación compartida, ya sea la lucha por la autonomía o la lucha por un país que los represente a todos. Durante la historia, el concepto de pueblo ha cambiado; desde la Revolución Francesa, el pueblo era una parte de una entidad jurídica-política hasta el romanticismo en que esta noción era de una conciencia de identidad cultural, pero con el marxismo, era una unidad política con derechos que tenía que ser defendida. Calduch, p. 56. Por el contrario, la Nación es una comunidad cultural compartida debido a la conciencia temporal de equipo. A diferencia del pueblo, una nación no necesita un estado para existir, pero según Calduch, algunos países buscan independizarse de las políticas y comenzar a proteger su cultura, autonomía y gestión de los recursos regionales. La identidad nacional también puede incorporar todos los elementos anteriores, además de lenguaje, creencia e historia y tradiciones comunes. La relación entre el Estado, el Pueblo y la Nación es compleja y se vuelve crucial al analizar el sistema internacional. Aunque el Estado puede actuar como el representante de un Pueblo o de una Nación, en realidad no siempre logra integrarlos plenamente. En muchos casos, las estructuras del Estado tienden a amplificar los conflictos y diferencias internas, lo cual puede llevar a tensiones políticas o movimientos separatistas. Calduch destaca que el Estado no absorbe completamente las identidades colectivas del Pueblo o de la Nación, sino que muchas veces las transforma y, en algunos casos, exacerba sus diferencias. Este fenómeno es particularmente visible en aquellos Estados que albergan múltiples identidades nacionales o que enfrentan demandas de autodeterminación. El deseo de los pueblos de constituir un Estado que represente sus intereses y su identidad plantea un reto importante para el sistema internacional, especialmente cuando estos intereses entran en conflicto con las estructuras estatales existentes. Movimientos de independencia y demandas de autonomía reflejan cómo los pueblos buscan redefinir su relación con el Estado y el sistema internacional. La Resolución 1514 de la Asamblea General de la ONU, como menciona Calduch , reconoce el derecho de los pueblos a la autodeterminación y muestra que el sistema internacional puede apoyar estos procesos en ciertas circunstancias.
CONCLUSIÓN
El análisis de Calduch sobre el Estado, el Pueblo y la Nación en las relaciones internacionales pone en evidencia la complejidad de estos conceptos y sus interacciones en el sistema mundial. Mientras que la perspectiva formalista presenta al Estado como un actor central e independiente, la visión materialista destaca su función como mecanismo de dominación de clase. Asimismo, los conceptos de Pueblo y Nación demuestran que las identidades colectivas son fundamentales en el sistema internacional, ya que moldean la estructura del Estado y en algunos casos desaf